domingo, 5 de febrero de 2012

Escrito nocturno de la madrugada en la ciudad

Una rendija de luz constante en la oscuridad de mi habitación impide mi sueño. Advierte la fastuosa presencia en la ciudad en la cual el silencio y la quietud se olvidaron hace muchos años.
Cada minuto un nuevo sonido carente de serenidad se introduce por la rendija. ¿Esto es el ideal de vida que el humano deseaba alcanzar? ¿Una ciudad gris, corrupta y violenta en la que ni siquiera el descanso está permitido?
Cualquier ser con un mínimo de sensibilidad que habita en la urbe se mimetiza con la depresión que ésta desprende. Sin embargo, el demonio ha conseguido hacer creer al humano que la ebriedad sea sinónimo de felicidad. Nada más alejado de lo que debería ser la realidad.

06 de Febrero del 2012 03:16


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domingo, 25 de diciembre de 2011

Brindemos por nuestra fortuita existencia, bebamos a la salud del enigma, la superstición, la sospecha.
Mañana danzaremos sobre la tumba de los ídolos inmolados, estatuaria hueca, atavismo febril y marchito. Esa será nuestra Larga Marcha, nuestra herejía íntima.
Siempre nos dio morbo lo eterno y temimos la fugacidad, lo erótico, el patetismo y la sangre. Sin saberlo siquiera, nos hemos dedicado a abrazar nubes de polvo estéril. Perseguimos el fenómeno, la mecánica, la solidez carismática y voluble de nuestras capacidades memorísticas; ansiamos el recuerdo plácido y forjamos un futuro deseable.
Fuimos desterrados de la jungla de la naturaleza en una suerte de ostracismo filantrópico, y hallamos la compasión y también la avaricia, el delirio, la desidia, la ley, el holocausto, la verdad y su prole falaz, la mentira.
Nos sobrevuelan satélites que certifican que el universo se expande, se fragmenta y retoza en el desorden, la entropía, mientras la gravidez se esfuerza secretamente por comprimirnos y recomponernos nuevamente.
Y anhelamos cazar el amor, tópico o atípico, pornográfico, platónico, como usufructo del ego, contractual, basado en la geometría pura o en el afecto rítmico. Sinergia en guerra abierta contra los abismos insondables de la soledad.
Mientras tanto, colegimos en que la vida nos devora dulcemente, nos atrapa en su sentido épico y nos conduce hacia el óbito, el último beso de la parca.
Divagamos, filosofamos, nos esforzamos por levantar nuevas religiones, y aún así, todo parece por antonomasia una extensión de la superstición en las palomas,un síndrome exótico de paranoia colectiva.
La cordura se traviste.

ponle tú un título y luego cámbialo

1 ¿Queréis poética vacía?

Hablaré del índigo celeste, de la armonía callada de las horas, incluso de una muerte inconclusa que nos pellizca en la nuca.

Eso no sería más que silencio.

2¿Preferís la poesía?

Ante el silencio relataré atmósferas tiznadas de dióxido, el microscópico rugido de las longitudes de onda hertziana que persiguen la hegemonía de la opinión pública. Mediré delirios marchitos, fotogramas de sexo tórrido o el inconfundible aroma de un narcótico.

Aun así, el tañir de un estornudo supera con creces la veracidad de una arenga.

3¿Que queréis poesía auténtica?

Estudiad la metafísica del calor de un beso obsceno y dejad de intentar leerla con tan sólo estas veintinueve letras tan manidas.
Arremangaos y cubriros de mierda hasta los párpados, chillad, gemid, para llenar el vacío de cada plúmbea y convencional estepa de silencio prefabricado.
Habréis compuesto entonces el mejor verso de todos los versos.

Fingir una vida en vez de vivirla nos constriñe como personajes, no como personas.
Si vivir te acaba matando,a la postre es más divertido combatir cuerpo a cuerpo con el hado que dejarse inmolar en fracasos.