domingo, 5 de febrero de 2012

Escrito nocturno de la madrugada en la ciudad

Una rendija de luz constante en la oscuridad de mi habitación impide mi sueño. Advierte la fastuosa presencia en la ciudad en la cual el silencio y la quietud se olvidaron hace muchos años.
Cada minuto un nuevo sonido carente de serenidad se introduce por la rendija. ¿Esto es el ideal de vida que el humano deseaba alcanzar? ¿Una ciudad gris, corrupta y violenta en la que ni siquiera el descanso está permitido?
Cualquier ser con un mínimo de sensibilidad que habita en la urbe se mimetiza con la depresión que ésta desprende. Sin embargo, el demonio ha conseguido hacer creer al humano que la ebriedad sea sinónimo de felicidad. Nada más alejado de lo que debería ser la realidad.

06 de Febrero del 2012 03:16


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